Las últimas semanas el caso
denominado Plunagate copó el dial a lo largo y ancho de los espacios
periodísticos. Un informe de “En perspectiva” (810 AM) que, al unísono con la
fotografía que publicó en portada el diario El Observador, del almuerzo del
Ministro de Economía, Fernando Lorenzo, con el empresario López Mena y el
español adjudicatario de la subasta de los aviones, agregaron algo de luz a un
hecho complejo, intrincado y laberíntico. Hasta llegó incluso abarcar a programas
de entretenimiento como “Viva la tarde” y “Al pan, pan” (690 AM), “Monte Carlo
a sus órdenes” (930 AM); como también a programas de humor: “Justicia
infinita”, “Segunda pelota” y la columna de Darwin Desbocatti, en “No toquen
nada” (Océano FM) o “Radiomental” y “Malos pensamientos” (Azul FM).
Condimentados por la opinión, crítica e ironías de los oyentes enviados por
mensajes de texto, mails y redes sociales. Un hecho que no desaparecerá del
aire en las próximas semanas a medida que surjan nuevos elementos que desentrañen
como sucedieron los hechos y aparezcan nuevos elementos que logren solucionar la
falta de conectividad aérea.
Los furcios (léase, bloopers)
en radio son frecuentes desde hace casi un siglo. Retratan la espontaneidad e
inmediatez del medio. Como se diría vulgarmente son tan viejos como el agujero
del mate. Se llegó a publicar una antología de ellos, “Disparen sobre el humor”,
del periodista Nishan Sarkissian, entre los escasos libros referidos a la
historia de la radio uruguaya. Ahora se da incluso el hablar mal nuestra rica lengua
castellana. Pero si desde el jefe del Poder
Ejecutivo se llega a decir “puedamos”, pareciera que hay luz verde, hasta para
comerse las eses al final de las palabras, como sale al aire en muchos espacios. Y dichos errores no solo son de comunicadores jóvenes, por
generalizar. Los periodistas o comunicadores deben informarse antes de
comentar, opinar o entrevistar ya sea a una figura pública o una persona anónima. Uno de los conductores de
“Suena tremendo” (810 AM) dijo hace unos días sobre una leyenda de la
música montevideana, que el legendario Santiago Luz tocaba el saxo, cuando en
realidad era el clarinete, como integrante de “Tres para el jazz”, junto a Quintas
Moreno (piano) y Julio Cucurullo, en batería, como documenta la excelente
investigación realizada por Fernando Peláez, en sus dos tomos “De las cuevas al
Solís”, que hurga en la historia de la música uruguaya desde sus orígenes hasta
la dictadura. En este caso puntual son jóvenes que no conocieron a este
personaje popular en su àmbito, como bien pudiera ser Fosforito, entre otras leyendas urbanas.
En el
transcurso de la Feria Internacional del Libro muchos programas emitieron en vivo desde el atrio municipal, entrevistando a escritores
uruguayos y comentaron libros que, normalmente, están limitados a un manojo de
programas culturales, desde el referente “Sábado Sarandí”, de Jaime Clara (690
AM) o “El mural”, de Luis Marcelo Pérez (1050 AM) los fines de semana.
Y este mes se recordó a un
músico de la talla de John Lennon en el día de su 70 cumpleaños, en varios
espacios y programas de distintos rubros, en lugar recordarlo siempre cuando se
conmemora fecha de su asesinato, en diciembre. Sería bueno recordar también a los
artistas uruguayos ya desaparecidos no siempre cuando se
cumple aniversario de su muerte. Espero que no fuera por ser un número redondo
del ex integrante de Los Beatles, un ícono planetario como lo fue Marilyn
Monroe, quien este año se cumplieron 50 años de su supuesto suicidio. O los 60
años de la primera película del espía más famoso del mundo, James Bond, apenas
mencionado en algunos espacios. Recuerdos con números redondos también, vaya
casualidad.
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