16 de octubre de 2012

Del Plunagate a recuerdos redondos



Las últimas semanas el caso denominado Plunagate copó el dial a lo largo y ancho de los espacios periodísticos. Un informe de “En perspectiva” (810 AM) que, al unísono con la fotografía que publicó en portada el diario El Observador, del almuerzo del Ministro de Economía, Fernando Lorenzo, con el empresario López Mena y el español adjudicatario de la subasta de los aviones, agregaron algo de luz a un hecho complejo, intrincado y laberíntico. Hasta llegó incluso abarcar a programas de entretenimiento como “Viva la tarde” y “Al pan, pan” (690 AM), “Monte Carlo a sus órdenes” (930 AM); como también a programas de humor: “Justicia infinita”, “Segunda pelota” y la columna de Darwin Desbocatti, en “No toquen nada” (Océano FM) o “Radiomental” y “Malos pensamientos” (Azul FM). Condimentados por la opinión, crítica e ironías de los oyentes enviados por mensajes de texto, mails y redes sociales. Un hecho que no desaparecerá del aire en las próximas semanas a medida que surjan nuevos elementos que desentrañen como sucedieron los hechos y aparezcan nuevos elementos que logren solucionar la falta de conectividad aérea.
Los furcios (léase, bloopers) en radio son frecuentes desde hace casi un siglo. Retratan la espontaneidad e inmediatez del medio. Como se diría vulgarmente son tan viejos como el agujero del mate. Se llegó a publicar una antología de ellos, “Disparen sobre el humor”, del periodista Nishan Sarkissian, entre los escasos libros referidos a la historia de la radio uruguaya. Ahora se da incluso el hablar mal nuestra rica lengua castellana. Pero si desde el jefe del Poder Ejecutivo se llega a decir “puedamos”, pareciera que hay luz verde, hasta para comerse las eses al final de las palabras, como sale al aire en muchos espacios. Y dichos errores no solo son de comunicadores jóvenes, por generalizar. Los periodistas o comunicadores deben informarse antes de comentar, opinar o entrevistar ya sea a una figura pública o una persona anónima. Uno de los conductores de “Suena tremendo” (810 AM) dijo hace unos días sobre una leyenda de la música montevideana, que el legendario Santiago Luz tocaba el saxo, cuando en realidad era el clarinete, como integrante de “Tres para el jazz”, junto a Quintas Moreno (piano) y Julio Cucurullo, en batería, como documenta la excelente investigación realizada por Fernando Peláez, en sus dos tomos “De las cuevas al Solís”, que hurga en la historia de la música uruguaya desde sus orígenes hasta la dictadura. En este caso puntual son jóvenes que no conocieron a este personaje popular en su àmbito, como bien pudiera ser Fosforito, entre otras leyendas urbanas. 
En el transcurso de la Feria Internacional del Libro muchos programas emitieron en vivo desde el atrio municipal, entrevistando a escritores uruguayos y comentaron libros que, normalmente, están limitados a un manojo de programas culturales, desde el referente “Sábado Sarandí”, de Jaime Clara (690 AM) o “El mural”, de Luis Marcelo Pérez (1050 AM) los fines de semana.
Y este mes se recordó a un músico de la talla de John Lennon en el día de su 70 cumpleaños, en varios espacios y programas de distintos rubros, en lugar recordarlo siempre cuando se conmemora fecha de su asesinato, en diciembre. Sería bueno recordar también a los artistas uruguayos ya desaparecidos no siempre cuando se cumple aniversario de su muerte. Espero que no fuera por ser un número redondo del ex integrante de Los Beatles, un ícono planetario como lo fue Marilyn Monroe, quien este año se cumplieron 50 años de su supuesto suicidio. O los 60 años de la primera película del espía más famoso del mundo, James Bond, apenas mencionado en algunos espacios. Recuerdos con números redondos también, vaya casualidad. 


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