Este fin de semana la etapa final del Clausura está al
rojo vivo. Acaparará la atención de simpatizantes, hinchas y apasionados del
fútbol. No en vano los fines de semana hay una docena de AMs que transmiten o comentan
los partidos. Descartando las emisoras de gran alcance por su potencia, son las
que albergan a los relatores consagrados (Goñi, Moar, González Márquez, Sonsol y Kesman),
los tres últimos salen en dúplex por FM. Las demás radios “chicas” relatan
el mismo partido que las “grandes”. A excepción de CX 40 Fénix cuyo relator,
Ianek Mudzyk, sigue la tradición del recordado Ruben Casco, transmite siempre desde
otra cancha.
Si un fin de semana lluvioso hubiera solo un receptor Spika,
sin otras opciones (FM o internet) en vivo están “Transformaciones” (690 AM);
“Otro rollo”, de Macunaíma (1190 AM); y “Aquellos años”, de Nelson Marvin (1410
AM). Aparte de las radios Clásica del Sodre; “Monte Carlo a sus órdenes” (850 AM); radio Imparcial; Emisora del sur y, por supuesto, radio Clarín.
Los jóvenes comandados por Martínez Chenlo hacen una
previa entretenida, opiniones
personales, divagues por veces hilarantes, en “Deportivo Uruguay” (1050 AM). Como
bien reza su promo, hablan de serasa, de todo un poco, y también de fútbol. Ese
espíritu lo inauguró el equipo de periodistas del Profe Piñeyrúa en “Fútbol y
Cía” (Nuevotiempo), en el cual llegó a trabajar Chenlo; fue la génesis del
consagrado “13 a 0” (El Espectador, 810 AM), con Gonzalo Delgado, Santiago
Díaz, entre otros, quienes le aportaron a las previas (duran más tiempo que un
partido) y a los cierres de cada jornada deportiva, un toque de humor,
comentarios y opiniones en un tono distendido como si estuvieran en un asado
entre amigos.
El fútbol llega a ser una pasión. Hay tres millones de
directores técnicos que hablan, comentan y discuten llegando a decir que
jugadores, técnicos y comentaristas no saben nada. Hay tantos programas
deportivos, a toda hora en el dial, salvo en la madrugada, donde se
confundirían con pastores y tarotistas, como “opinólogos”- En unos discuten arduamente
como si el micrófono estuviera en la mesa de un bar de barrio; en otros salen
al aire opinando y pisándose entre ellos: en algunos se comen las eses, y en
otros llegan a gritar todos como en una tribuna del estadio.
La efervescencia que provocaron las siete finales por
los play off de la Liga de básquetbol saltaron los márgenes de programas
especializados y deportivos. Levantó comentarios en periodísticos y hasta en
magazines de entretenimiento. Como ocurrió con los Juegos Olímpicos de Londres,
como pasa cada cuatro años. Son escasos los espacios dedicados al balón
naranja. Muchísimo menos los dedicados a los deportes mal llamados menores que
ni logran tener esa repercusión. Se encuentran perdidos en el dial usualmente
los fines de semana que hablan sobre automovilismo, rugby, turf, tenis o la liga
universitaria. Ninguno genera debates, polémicas, análisis y comentarios con
idéntico fervor, acaloramiento e intercambio de opiniones como el fútbol. Este
fin de semana explotan los receptores desde la capital hasta el interior
profundo. Y las correspondientes repercusiones en el transcurso de la semana
que llegarán hasta la(s) final(es) del Clausura. Luego vendrán los partidos de
la celeste por las eliminatorias; el Mundial sub 20 o la Copa de las
Confederaciones, entre otros eventos.
No descubrimos la
pólvora sobre la pasión futbolera uruguaya, por supuesto, pero como bien dice
el Marical…”es lo que hay, valor” los fines de semana en Amplitud Modulada.
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